sábado, 2 de octubre de 2010

El instinto primitivo del hombre

No te creas lo que vives, yo aún debato con el subconsciente, puede ser un sueño, en ese caso no morimos, sino que despertamos en otro lugar y en otro tiempo, en otro cuerpo y en otra mente, somos libres en un instinto primitivo. Si escuchas con atención oirás unos sonidos, ¿latidos del corazón? ¿el engranaje de un reloj escondido? ¡Oh! Todo es posible, incluso aquello que creímos imposible. Sólo hace falta entender un poco el universo, entender que el universo es infinito, que somos una sombra sin contorno, un mundo vestido con carne y hueso, disfraz corporal de humo, ¿nunca has sentido vértigo cuando caminas como un sonámbulo por las calles, perdido y desorientado? Yo sí, ahora lo siento, también siento como mis dedos se duermen en el teclado, y salen letras que componen una copiosa melodía que hace que se mueva dentro algo bonito, hermoso, como lo son tus ojos o la muerte de una rosa en el crudo invierno. Dime si acaso no lo has sentido, en algún momento, en algún instante en el que te sientes como parte de la Nada, de un suspiro interminable, deshabitado, inalcanzable.

Y me vuelvo loco buscando la forma de escapar de este laberinto, alguna vez en el espejo he comprobado que todo es mentira, que no hay laberinto, que todo es un truco de mi mente para mantener la actividad, para pensar que tengo una finalidad, mi gran hobby es perder el tiempo en la odisea que busca encontrar respuestas, nunca las he encontrado, son ficticios placeres que alguien prometió con la voz de un diablo.

No te rindas, no sigas, detente, respira... ¿lo ves ahora? Se feliz, sonríe, no llores, goza, grita. No importa cómo, ni dónde, ni cúando, ni con quién, la felicidad es el instinto primitivo del hombre; toca fondo, destruye tu coraza, que brote la sangre de la herida, siente por un instante como estás vivo, que no merece la pena que intentes preguntarte cosas, pues la vida puede concluir con la duda entre las cejas, y las arrugas en la frente del "¿Y ahora qué?" No cometas ese error, hoy hace noche de estrellas, de luna, de posibilidades, sal a la calle, respira, hunde el reloj en el barro, que suden los minutos.

No te creas lo que vives, yo aún debato con el subconsciente, puede ser un sueño.

1 comentario:

  1. Lo mejor que leo de hace tiempo, y junto con mi pasión por Amélie, es escalofriante.
    Muchos besos!

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