lunes, 28 de marzo de 2011

Voz de arrugas



Canta abuela, canta. Cuéntame una historia con tu voz de arrugas, con tu mirada distante de tiempo. Canta abuela, canta, que yo escucho con hipnotismo. Canta que yo escucho acompasando el paso del tiempo con el latido del corazón. Cuéntame una historia de antes, cubierta de polvo. Una historia de entonces, para que no se pierda, y volver a allí, de nuevo.


¿Dónde estamos?


Aquí, ahora, en este lugar, bañado por una luz verde filtrada por ramas. En algún claro de un bosque al atardecer de un supuesto otoño de hojas, ya rojas, que caen suavemente a besar el suelo. Estoy allí como si estoy aquí, como si estoy en cualquier sitio, viajar con la mente es la mejor forma de viajar.

Y ahora me muevo, a recuerdos, a tu suave voz de arrugas en mi oído, puedo oírte y puedo andar. Ando como en silencio, quizás no puedo hablar, en recuerdos sólo puedo cerrar los ojos y  dormir el momento para que no pase, aunque pase, para que quede la cicatriz de las palabras exactas.

Todo es tan perfecto. Me pregunto si la perfección deberíamos buscarla en el interior de las palabras. Me pregunto si quizás lo hermoso es lo que recordamos. Me pregunto tantas cosas amparado por el sonido de tu voz de arrugas.

. . . .

¿Qué pasa abuela? se te quiebra la voz mientras hablas a susurros a mi oído, desde tus labios arrugados por los años. ¿Qué pasa abuela? acaso recordar duele. Acaso quizás te has dado cuenta de que lo vivido es mejor que lo que vives y, mientras recuerdas, quizás prefieres seguir hablando y no volver a este lugar; quizás quedarte atrás, por el camino. Supongo que aquel que dijo que lo bonito de la vida es el camino conocía la verdadera esencia de la vida.

 

viernes, 25 de marzo de 2011

Besos de hipnotismo


Inspiro el momento con incómodo silencio
silencio de quedarse pensando en nada
de pensar en todo y quizás colapsar el olvido.

Recuerdo lo nuestro a destiempo
como si hace tiempo
como si quizás ha llovido mucho en mi corazón tronchado.

¿Sabes lo que duele del recuerdo?
duele que te traiga a trompicones
que te traiga sólo en fantasías.

Rescato aquella mañana viva
aquella mañana dolida,
del Sol de tu mirada quemar mis ojos.

Ayer soñé que volvías a mi cama
a contar lunares en piel desnuda
a acostar las horas demasiado tarde.

Ayer y siempre ayer
porque de ti sólo queda lo escrito
porque de ti lo que viene es sólo un ayer de arrugas.

A quemar la vida entonces
resignarse a cicatrizar y a cerrar los ojos
cerrar los ojos y pensar en no pensar demasiado.

¿Por qué el amor es tan amargo?
cuando el amor por natural era sonrisas
cuando decían que el amor era romper ventanas.

Comprobé que no todo el amor es beso
no todo el amor es cuento de hadas
no siempre el amor es soñar despierto.

Y ahora hacer las maletas de tu cuerpo
alejarse de tus ojos de verde hielo
alejarse de tus besos de hipnotismo.

Alejarse por alejar los miedos
por intentar encontrarme antes
por retomar aquellas tardes carentes de sentido.

Solías decir que el amor es ciego
y te fuiste como a oscuras
aquellos ojos cerrados en lágrimas dormidas.

Café con leche por la mañana
a medidodía tu fotografía enmarcada
por la noche noctámbulo sobre sábanas frías.

. . .

Y volver a los incómodos despertares
de los espejos pintados de sueño,
de "Hoy voy a saltar en paracaidas sobre tu pecho"
¡pero no puedo!
 

lunes, 21 de marzo de 2011

Cuando el olvido nos encuentre


En aquel momento, no sabría decir lo que sentí. Alguna extraña solución química de pena y rabia, quizás de dolor y angustia, de quedarse en silencio e implorar no llorar, porque llorar es la gota que colma el vaso; porque nunca me enseñaron a llorar con dos ruedas.

Pero allí estaba yo, un yo que no yo, que sólo existe cuando las casualidades se tuercen tanto que lo mejor es quedarse quieto y esperar a que pase la tormenta. Por eso me meto en la cama como si así solucionase el problema, es posible que tan sólo lo esconda entre sábanas tortuosas y frías. Entonces no desprendía calor.

Quería correr y encontrarte. ¿Por qué el reloj no se detenía? ¿por qué coño el mundo seguía girando? ¿no se dan cuenta de que te has ido? Tan sólo se dan cuenta de ignorarte; de que el dolor es un monólogo interior sin eco, sin oyentes, tan sólo tú de espectador y las putas ganas de romper ventanas. Otra vez esa evasión caótica de romper los trastos o cualquier cosa de valor. ¿Mi corazón? ya estaba roto.

Ahora, ha pasado algún tiempo, veo las cosas con la perspectiva de que el olvido ya ha calado y ha cicatrizado ciertos miedos. Lo bueno del olvido es que no recuerdas haber recurrido a él, así que todo pasa y te sientes victorioso. Pobre ingenuo me diría, pero quizás peco de falta de entusiasmo.

La verdad, nada más que la verdad y solamente la verdad es que no te he olvidado. ¿Efectos secundarios? ¿la medicina funcionó? Supongo que lo que ha pasado es que calaste demasiado hondo, quizás fuiste algo más que una relación juntos, algo más que unos meses de vida, algo más que un sin palabras, esto no puedo explicarlo...



lunes, 14 de marzo de 2011

Hoy, como ayer, mañana


Dosis de alcohol en sangre superando la barrera del ultrasonido. Me acuesto en el suelo como siempre, con ganas de comerme el cielo. Mirando las estrellas rodeado de la niebla nocturna de grillos cantando, el frío ruge lento y olvidado, pero hace frío. Preguntarse cosas en silencio, preguntarse cosas sin sentido.


Termino la sesión con ganas de que se pare el tiempo y pueda intentar encontrar algo más que incógnitas; pero a veces no puedo, a veces sólo queda reconocer en voz alta que no pienso en nada porque quizás no he pensado más que en vacío o quizás he pensado demasiado y no hay suficiente espacio en mi cabeza; eso de que el conocimiento no ocupa lugar debe de ser un mito.

 
Pero, ¿por qué no estabas conmigo?

 
A veces es mejor dormir. Irse a la cama y soñar. Cuando sueñas no te preguntas cosas, sólo puede ser que despiertes desorientado. "Estás en tu cuarto, son las 10:00 de la mañana, hace frío y sigue nublado. Hace muchos días que no sale el Sol, pero sabes que sigue cerca, detrás de algún cerrar de ojos, el Sol me está quemando."

¿Sabes que creo? creo que el mundo se está perdiendo en las apariencias, en el silencio, en decir gilipolleces para sentirnos cómodos...

jueves, 10 de marzo de 2011

Sueños de otoño



Ayer volví a soñar contigo. Sin quererlo te colaste en la escena y por arte de magia desaparecieron todas las cosas y sólo fuiste tú, por un momento. Sólo tú el blanco del mundo, la diana del amor, el instante más puro. Y bueno, ya sabes que estoy ciertamente encaprichado con tus ojos.

Recuerdo del sueño pocos detalles más. Sólo quizás con certeza recuerdo tu risa y tu pelo, como a cámara lenta. Siempre tú a cámara lenta, quizás mi corazón más rápido; pero tú siempre más lenta, porque reconociéndolo, así te disfruto más.

Y recuerdo la luz del día. Luz de otoño de hojas muertas, de verde hierba brotar del suelo y algún arbusto manchado en agua. Recuerdo que me miraste y como si nada, quizás como si todo, porque en esa mirada pasó de todo, desde el amor cruzando, hasta el olvido de querer desviar mis ojos, pero no pude. Ya sabes que contigo sólo puedo pensar en seguir respirando, por si incluso se me olvida y termino sangrando algún corazón roto. Por si acaso se me olvida que tú eres real pero ficticia. Que eres pero no mía. Que existes pero rehuyes de todo.

...tan perfecta como siempre...

Odio al mundo porque quizás ignora tu belleza innata. Odio al mundo porque sé que no te quiere tanto como lo hago yo, pero tú quieres al mundo, y a mi, a mi sólo me miras como si buscases alguna respuesta. Pero yo no tengo respuestas, sólo tengo un amor haciendo preguntas en un punto de inflexión salpicado de algún viejo temor de perderte para siempre. Quizás por si perderte es más duro que verte desde lejos. Siempre lejos y apagada.


Ayer volví a soñar contigo, ¿lo sabías?

martes, 8 de marzo de 2011

Memento


A pesar del tiempo que hemos pasado juntos sigo sin encontrar las palabras más idóneas para decirte lo que siento. Supongo que me conformo con mirarte cada día y comprobar que nada cambia, que tú sigues siendo tan imprevisible y encantadora, que sigues formando parte de algún sueño suicida que vive en la realidad, de algún cuento de hadas que quisieron volar lejos de casa...

...sonando cursi admito que el amor se ha quedado a tu lado sin palabras...

Me gustaría decirte que... pero hoy no. Hoy quisiera explicar lo que te quiero con un cómodo y extenso silencio...

sábado, 5 de marzo de 2011

De copas con la muerte


Querida V:

Me enteré que habías muerto con las lágrimas de mi hermana en sus ojos aún dolidos, como con el tiempo parado y esperando la palabra que en la punta de la lengua yacía, inmóvil, quizás asustada, quizás si al saltar sorprende y, mejor me callo y no estropeo el hipnotismo de las horas bajas.


Y yo pensar que la muerte no me preocupaba, que la muerte era un escalón emotivo superado. Yo no debía llorar y no lloré. Yo no debía entristecerme y así lo hice. Pero en el estómago se me formó uno de esos nudos que te dejan como en turbulenta y silenciosa calma. No podía respirar, no podía pensar. ¿Cúanto tiempo había pasado? ¿6 años? quizás más o quizás menos, en lo relativo al tiempo nunca me tomes por cuerdo.


Y pasado el tiempo, ya borradas viejas tardes contigo, como que ya no pensaba tanto en ti y eras como un espejismo cicatrizado. También entiendo que el tiempo ha jugado el doble papel de olvido, y he olvidado. Pero pasado el tiempo lo único que recuerdo es que no te he olvidado lo suficiente como para que tu muerte no me cause un nudo de silencio y me impida articular las piernas para salir corriendo hacia cualquier desierto.


Siento mucho no poder dedicarte algo más profundo, algo quizás majestuoso, algo que, a fin de cuentas, devuelva de tu ausencia un poco de alegría, quizás alguna vieja y rota tarde juntos, hace ya muchos años, cuando éramos sinceros y nos corroía la risa por la saliva y aún nos quedaba mucha vida por delante, por detrás, por los lados.


Desde este punto infinito del universo, dicen incluso que en expansión, te envio uno de esos besos incompletos.



Buenas noches y buen viaje, siento mucho que hayas tenido que irte de copas...


jueves, 3 de marzo de 2011

Breve introducción a la locura



...sus labios pronunciaron una promesa de hielo, hoy se derrite sola e incumplida en mi corazón ¿Dónde quedó la felicidad que mencioné estar buscando? creo que la olvidó. Si preguntáis por qué estoy triste ante esta hoja, regando las palabras que sangra la razón, no sabría explicarme, lo dudo, sólo sabría decir que algo pasó y no salí bien parado.

El atardecer nunca me resultó tan bipolar.

Me he levantado y el sueño seguía vivo, intacto en la atmósfera dormida con olor a realidad. Pobre de mi, pobre destino, pobre verdad; aún creo en los cuentos de hadas, sabiendo que la única magia que existe se apagó en algún rincón dormido, ya olvidado, consumido como las cenizas del cigarro, una noche de viento y frío. Silencio y soledad.


Sé que una de las posibilidades era esta; podía haber buscado sin encontrar. El reloj marca la hora punta y, como veis, sigo teniendo rotas esperanzas, trozos de un cristal desprendido de la necesidad de pensar que el mundo sigue siendo perfecto, que no duele, que no mata, que nos gusta y termina haciéndonos sonreír.

He perdido la fe en las promesas, creer que si me miras y me dices algo lo cumplirás. Ya es hora de que acepté que la magia es cosa de niños, que yo he crecido y esa vida no me viene; que sólo ciertas personas suelen brillar cuando la luz se apaga y el mundo suele aterrar. Que sólo ciertas personas resisten los terremotos de la conciencia y la presión del alma, que busca escapar de la coraza del cuerpo que oprime con insistencia.

Me apetece volar.

A veces llueve en mi mente y nada me parece justo. Me peleo con el mundo y siempre pierdo, nunca ganaré, pero nunca entenderé que he perdido. En ese caso, me pregunto si moriré cuando entienda que hoy es mañana, que no hay más palabras que buscar, que no hay más sumas que realizar, que el destino es la copia, de la copia, del presente que vivimos.

He perdido el afecto que sentía hacia mi héroe, pero nadie me hace caso y nadie lo va a entender. Sigo perdiendo el tiempo sabiendo que ya no quedan minutos en este viejo reloj.



Arrugas de entrecejo


Encantadora, hechizante, del color del olvido, de la forma del aire, de ser como de nadie y encontrase en mi cama. Fría, intacta, sudorosa y llena de un instante eterno que envejece los temores. Ya no te olvido, sólo te quiero; con un amor que rompe los cristales, que sobrepasa las palabras, que destila cierta locura y alguna sobredosis de perfume.


Porque así es como ha de ser si piensas; como tal y cual, como siempre, como si entonces o de este modo. Algo perfecto en la imperfección que reina, lo más cercano a la felicidad, ese etéreo placer de explotar en silencio y escapar de las ataduras mundanas y las necesidades humanas que siempre soporto como con resignación de "a todos nos pasa"

Puesto a entrecerrar los ojos y a soñar despierto con tu cara y tus manos, y tu risa y el mundo, y tu risa y tu pelo, y algún obsceno sueño de amor sin censura, de amor salvaje y apasionado, quizás romper algún colchón y batir algunos records.
Y puestos a pelear con la idea de que quizás no existirá otro momento como este, de que quizás mañana como que ya no estás y me siento un poco incapaz de volver a encontrarte entre la masa de personas que andan sin mirar a los ojos, personas que bajan la mirada al suelo y andan de lado, como alcohólicos anónimos, eso es lo que son, un rebaño de ingenuos esclavos que creen que vuelan sobre el barro.


Podría escribir los versos más bellos esta noche...